64. MASTURBACIÓN FEMENINA Y VIOLENCIA OBSTÉTRICA
enero 2, 2024
En esta edición de CLAUDINE EN BILBAO programa y proyecto feminista compartimos entrevista con Tania Bello y junto a ella estaremos conversando de MASTURBACIÓN FEMENINA, en nuestro perfil compartimos valiosa información de Camila Vallejo y para nuestra segunda entrevista Escarleth Membreño nos hace su valioso aporte en relación a VIOLENCIA OBSTETRICA.
La masturbación femenina consiste en explorar el cuerpo tocando, frotando, masajeando o haciendo presión en la zona genital y otras zonas erógenas de la mujer con los dedos o un objeto. Así, el autoplacer se puede alcanzar de diversas maneras.
Los expertos señalan que, en la mujer, la masturbación tiene diversos beneficios físicos como reducir el dolor menstrual; prevenir infecciones; fortalecer los músculos de la zona pélvica; mejorar la vida sexual; y conocer el cuerpo a través de las autoexploraciones.
Asimismo, se identifican una serie de ventajas psicológicas entre las que se encuentran sentir felicidad al liberarse sustancias como la dopamina y la oxitocina al tiempo que se combate el estrés; ayudar a conciliar mejor el sueño; generar confianza en una misma y aportar independencia.
La sexualidad en general y la masturbación en particular han constituido un tema tabú en la sociedad, especialmente con respecto a las mujeres, y esta visión negativa ha perjudicado incluso otros aspectos relacionados con la salud femenina. No obstante, desde hace unas décadas, la mujer ha adquirido un papel más activo en su salud y vida sexuales y cada vez se dispone de más información al respecto.
Los movimientos feministas, la literatura, el cine, la televisión, las redes sociales y demás formas de comunicación han contribuido a visibilizar estos temas y a que cada vez más se hable de ellos en los círculos íntimos de las mujeres. Aunque todavía existe cierto pudor, cada vez más el sexo y la masturbación femenina está en nuestras conversaciones.
CAMILA VALLEJO
En los últimos años, la activista y política Camila Vallejo se ha convertido en una de las feministas chilenas más famosas. Vallejo, quien fue presidenta de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile, se convirtió en una figura importante en las protestas estudiantiles de 2011 y ha seguido luchando por la educación pública y los derechos de las mujeres en Chile. También ha sido una vocal defensora de la igualdad de género y la justicia social en su carrera política.
Sus inicios en política partidaria comenzaron el año 2007, al inscribirse como militante de las Juventudes Comunistas de Chile (JJ.CC). En octubre del año 2011, en el XIII Congreso Nacional de la JJ.CC., fue nombrada miembro del Comité Central de la colectividad.
A nivel universitario, el año 2008 fue electa consejera de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile (Fech) y vicepresidenta del Centro de Estudiantes de Geografía de la misma casa de estudios. En ese cargo participó activamente en el desarrollo del proceso de reestructuración de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo (FAU). En noviembre de 2010 triunfó en las elecciones de la Fech -apoyada por la Lista de las Juventudes Comunistas, Nueva Izquierda Universitaria e independientes- por lo que entre 2010 y 2011 ejerció el cargo de presidenta de la Fech.
Junto a otros dirigentes estudiantiles, como Giorgio Jackson de la Universidad Católica y Camilo Ballesteros de la Universidad de Santiago de Chile, integró el movimiento universitario del año 2011, lo que le valió ser reconocida a nivel nacional como internacional como una de las líderes de la juventud chilena.
En 2011 se presentó a la reelección de la mesa de la Fech, resultando elegida vicepresidenta, directiva que encabezó en la presidencia el líder del Movimiento de Izquierda Autónoma, Gabriel Boric Font.
En noviembre del año 2012 fue proclamada precandidata a diputada por el Partido Comunista de Chile (PC). Finalmente, en enero de 2013 fue oficialmente confirmada por el presidente del PC, Guillermo Teillier, como candidata a diputada por La Florida. En las elecciones parlamentarias de 2013, resultó electa obteniendo 62.751 votos, equivalentes al 43,71% de los sufragios válidamente emitidos, siendo la diputada más joven en llegar al Congreso Nacional.
En las elecciones parlamentarias de noviembre de 2017 fue elegida nuevamente diputada en representación del PC por el nuevo 12º Distrito, Región Metropolitana de Santiago, dentro del Pacto La Fuerza de la Mayoría, período legislativo 2018 a 2022, al obtener 47.807 votos, equivalentes al 13,71% del total de sufragios válidamente emitidos.
En agosto de 2021, dio a conocer su decisión de no repostular por un tercer periodo a la Cámara y se incorporó al comando del candidato presidencial del Pacto Apruebo Dignidad Gabriel Boric.
El 21 de enero de 2022 es nombrada por el Presidente electo Gabriel Boric, Ministra del Ministerio Secretaría General de Gobierno. Asumió el cargo el 11 de marzo del mismo año.
La violencia obstétrica se refiere a las prácticas y conductas realizadas por profesionales de la salud a las mujeres durante el embarazo, el parto y el puerperio, en el ámbito público o privado, que por acción u omisión son violentas o pueden ser percibidas como violentas. Incluye actos no apropiados o no consensuados, como episiotomías sin consentimiento, intervenciones dolorosas sin anestésicos, obligar a parir en una determinada posición o proveer una medicalización excesiva, innecesaria o iatrogénica que podría generar complicaciones graves. Esta violencia también puede ser psicológica, como por ejemplo dar a la usuaria un trato infantil, paternalista, autoritario, despectivo, humillante, con insultos verbales, despersonalizado o con vejaciones.
La violencia obstétrica constituye una discriminación de género y representa una violación de los derechos humanos desde un enfoque de los derechos de la salud y de los derechos sexuales y reproductivos de la mujer, entendidos como derechos inalienables e indivisibles de los derechos humanos. Estas praxis deshumanizantes constituyen un verdadero problema de Estado y de salud pública en diversos países del mundo, incluido España. Las transgresiones durante el parto generan altos costos, económicos y sociales. De todas formas, más allá de los costos, existe un imperativo ético y moral que tiene que ver con lograr sociedades más justas y equitativas, libres de todo tipo de violencias.
Estamos hablando de una violencia estructural e institucional que emana de una cultura patriarcal que afecta a diversos ámbitos, incluyendo las ciencias médicas. A pesar de que la violencia obstétrica no es nueva, ha permanecido oculta durante mucho tiempo y en la actualidad continúa siendo desconocida, incluso por profesionales de la salud. Se trata de un viejo problema, transformado en un concepto novedoso.