43. JUDITH MATEO
febrero 21, 2023
Reivindicar el papel de la mujer instrumentista en la industria musical
En este programa de CLAUDINE EN BILBAO, proyecto feminista, tenemos la oportunidad de compartir con JUDITH MATEO, una autentica rockstar del violín, que busca reivindicar la figura y el papel de la mujer instrumentista en la industria musical. Con más de un millón de escuchas en spotify, JUDITH MATEO se consolida cómo la única mujer violinista rockera en nuestro país y en septiembre de 2020 editó su séptimo álbum «El Alma de un violín», siendo este un recopilatorio de los grandes éxitos de toda su carrera, pero con seis temas inéditos.
La proyección internacional de JUDITH MATEO, comenzó en Irlanda, donde pasó tres años nutriéndose de la música tradicional y desde su primera gira ha ido conquistado al público de los principales escenarios y festivales españoles y extranjeros cómo: Festival de Mondo Celta de Ortigueira, Viñarock, Egipto, Festival Folk de Plasencia, Plaza del Pesebre de Belén en Palestina, Festival Folk de Getxo, Leyendas del Rock, Festival Internacional de Música de Aínsa, Italia, Parlamento Europeo en Bélgica, Festival de Jazz de San Javier, Instituto Cervantes de Marruecos, Japón, Argentina, Colombia, Chile, Uruguay y actualmente también esta estrenando y promocionando su octavo y nuevo disco que titula HURRA HURRA.
Sister Rosetta Tharpe
A un lado y otro del Atlántico, la influencia de Sister Rosetta Tharpe sobre artistas como Elvis Presley o Eric Clapton fue determinante para el desarrollo del género. Casi siempre que aparece el nombre de Sister Rosetta Tharpe en alguna conversación sobre música es para hacer referencia a su influencia en artistas masculinos posteriores como Elvis Presley o Chuck Berry. Esta es la lacra que persigue a muchas artistas mujeres del pasado, cuya importancia parece basarse únicamente en su relación con artistas hombres.
En su propia época, muchos contemporáneos reconocían el talento de Tharpe, aunque para ello recurrían a la comparación con sus colegas masculinos. “Toca como un hombre” decían para alabar su estilo a la guitarra (o para criticarla, según de quién viniera el comentario). Sin embargo, la aportación de Rosetta Tharpe a la música tiene valor por sí misma. Rosetta Tharpe nació en Arkansas en 1915. Sus padres trabajaban en una plantación de algodón, pero cuando Tharpe tenía 6 años, se mudaron a Chicago, y la niña pudo unirse a la Iglesia de Dios en Cristo, donde se empapó de música góspel. A los 6 años, comenzó a tocar la guitarra y a girar con su madre, quien por aquel entonces se dedicaba a predicar en varios pueblos de la geografía norteamericana. Este primer contacto de Rosetta con la guitarra le permitió experimentar con sonidos electrónicos, que combinados con el estilo de canción góspel constituirían su sello más distintivo años más tarde.
A los 19 años, se casó con Thomas Tharpe, de quien tomó su apellido (aunque el matrimonio duró poco). Tras divorciarse de él, se trasladó junto a su madre a Nueva York, donde tocó con músicos punteros de la época como Duke Ellington. Durante varios años giró además con los Dixie Hummingbirds, un combo de góspel de la época. Con 23 años, Sister Rosetta firmó con Decca Records, con quienes grabó sus primeros discos, en los que ya se adivinaba el talento de la joven. Sin embargo, su primer éxito no llegó hasta 1938, cuando lanzó Rock Me. En 1945, su nombre apareció por primera vez en la lista de la revista Billboard, con la canción Strange Things Happening Every Day. Era la primera vez que un tema de góspel entraba en Billboard.
La extraña mezcla del punteo guitarrero con las melodías del góspel dieron a Rosetta Tharpe fama entre los críticos y los fans de la música en general. Nunca nadie se había atrevido a meterse con el góspel, ni mucho menos a sacarlo del ambiente religioso y a mezclarlo con otros estilos de música seculares, pero a Rosetta no le pareció tan mala idea. Al principio, a muchos les resultó escandaloso, pero, como suele ocurrir, con el tiempo se celebró el atrevimiento de Rosetta. Si no hubiera sido por ella, el rock and roll probablemente no hubiera existido. Y es que a Rosetta se le considera una de las primeras influencias de Elvis, Chuck Berry o Little Richard, quienes quedaron prendados del modo de tocar la guitarra de Tharpe —caracterizado sobre todo por el uso de la técnica conocida como handpicking—, tan poco habitual en aquellos años.