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34. ENTREVISTA A LEIRIA VAY. Activista de los derechos humanos, Guatemala.

diciembre 15, 2022

CLAUDINE EN BILBAO, NUESTRO PROYECTO FEMINISTA, INICIA TERCERA TEMPORADA; lo hacemos compartiendo entrevista con Leiria Vay quien es una mujer de origen guatemalteco, activista incansable de los derechos humanos, líderesa de CODECA (Organización Campesina de Agricultores Indígenas), con quien conversamos para denunciar la opresión y represión que sufre el pueblo indígena, especialmente las mujeres defensoras de pueblos originarios en Guatemala.

Formar parte de un movimiento social que lucha por los Derechos Humanos y la transformación social en Guatemala conlleva automáticamente ser víctima de la represión por parte del gobierno de Guatemala, de su aparato administrativo, policial y judicial, de grandes y poderosas empresas como Energuate y de los medios de comunicación afiliados al gobierno y a las multinacionales.

GUATEMALA: LAS Y LOS NUEVOS “ENEMIGOS INTERNOS”

El conflicto armado vivido por Guatemala y finalizado en 1996 continúa teniendo repercusiones en el trabajo de defensa y promoción de los derechos humanos. La doctrina del “enemigo interno” que asume a toda voz disidente o contraria a la corriente dominante como “enemiga”, se manifiesta actualmente a través de la categorización de las personas defensoras de la tierra, el territorio y el medio ambiente, como “opositoras”, “enemigas del Estado” e incluso “terroristas”.

Igualmente, los actuales conflictos sociales por la tierra, el territorio y el medio ambiente ocurren en zonas en que el conflicto armado se dio con gran intensidad. Amnistía Internacional pudo constatar que en Guatemala persiste un discurso que busca estigmatizar y desacreditar a las personas defensoras de derechos humanos, especialmente a quienes trabajan en cuestiones asociadas al territorio, a la tierra y al medio ambiente; ve con preocupación que cuando se hacen declaraciones dirigidas a crear estigma en las personas defensoras, los ataques, agresiones y amenazas en su contra, arrecian o incrementan su intensidad

A la estigmatización social de personas defensoras se une el indebido uso del sistema de justicia por parte de las autoridades para criminalizar actividades legítimas de defensa de derechos humanos. El caso de siete defensores y defensoras del agua en el norte de Huehuetenango, que implicó su detención preventiva durante al menos año y medio, y en el que se constató la inexistencia de pruebas para acusarlos de delitos, es una muestra de ello.

Como una forma de frenar la estigmatización social y la criminalización penal, es imperativo que el Estado de Guatemala tome medidas para crear un ambiente favorable a la defensa de los derechos humanos.  Estas medidas deberían incluir el reconocimiento de la labor legítima que realizan personas defensoras de la tierra, el territorio y el medio ambiente, y la abstención de realizar declaraciones dirigidas a desacreditar a estas personas por parte de las y los funcionarios públicos. Igualmente, la impunidad en casos de amenazas y agresiones contra personas defensoras de la tierra, el territorio y el medio ambiente continúa siendo un reto para Guatemala.

En la mayoría de casos documentados en Guatemala las investigaciones dirigidas a determinar los posibles autores de los ataques han quedado estancadas durante años, y en muy pocos casos, los presuntos responsables han sido presentados ante la justicia. Solamente en algunos de los casos se han abierto juicios por dichas agresiones.  Terminar con la impunidad debería ser una de las prioridades del Estado de Guatemala en el camino hacia cumplir con su obligación de garantizar el derecho a defender derechos humanos.

ROGELIA CRUZ MARTINEZ FUE UNA ACTIVISTA, DEFENSORA, VINCULADA A LOS MOVIMIENTOS DE IZQUIERDA EN GUATEMALA.

El 11 de enero de 1968 bajo el puente Michatoya que conduce de Escuintla a Santa Lucía Cotzumalguapa, apareció el cadáver desnudo y torturado de Rogelia Cruz Martínez, junto al de 11 campesinos cruelmente asesinados.

Rogelia quien había sido capturada semanas antes, era maestra graduada del Instituto Belen, estudio arquitectura en la Universidad de San Carlos, y era militante del Partido Guatemalteco del Trabajo.

Su cadáver tenia los pechos arrancados a mordiscos, sus genitales mutilados, quemaduras de cigarro en el cuerpo, indicios de haber sido violada por varios individuos y golpes en el cráneo.

El coronel Máximo Zepeda se jactaba de haber ejecutado y dirigido la violación, tortura y ejecución de Rogelia. Zepeda fue jefe del Servicio de Inteligencia del Ejército, comandante de la Policía Militar Ambulante, director de la Policía Nacional y organizador de escuadrones de la muerte, los cuales coordinó desde el Cuartel Militar Justo Rufino Barrios, en Guatemala.

LA HISTORIA DE LOS POBRES HA ENCONTRADO SIEMPRE UNAS MANOS FEMENINAS QUE HAN GRABADO EN EL REVERSO DE LA CRUZ DONDE ESTA CLAVADA LA VIDA DE LOS OPRIMIDOS, EL SELLO DE LA RESISTENCIA.

CLAUDINE EN BILBAO

“A través del dialogo, construiremos los relatos colectivos, sobre el movimiento feminista en Bilbao y el mundo"

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